La historia de Ponky de casi 10 años
formando parte de “nuestra”* vida se resume en estas líneas, unas líneas que
tampoco son cortas y en cierta medida son algo largas y que deben obedecer
fundamentalmente a material predefinido, porque un gran amigo como él (que Dios
lo tenga en su santa gloria, aclarando que este no es un dios de humanos en exclusivo –esto va para todo aquel que lea
esto, sea “creyente” o “no creyente”– siendo el humano la peor de sus creaciones) no
se olvida y una cosa así como le estoy preparando él se la merece, lo digo con
creces, ya que, a pesar que pasan los años y en estos momentos están por
cumplirse cinco años de su dolorosísima partida, de él en cuestión me quedan
muchos recuerdos, quisiera decir todos, pero la verdad es que no se puede
porque fue tanto el desarrollo de su vida alrededor de las nuestras que de
verdad “no se puede”.
La presencia de fechas. La narración
de su vida cumple con algo fundamental y es que presenta una perfecta
ubicación, digámoslo así, en el tiempo, en la cronología, ya que se trata de
hechos históricos que van “acompañados” con sus respectivas fechas de
ocurrencia, que también forman parte de
un fabuloso “recuerdo” y que de hecho presenten una única excepción cuando se
traten de hechos generalizados a lo largo de toda su vida o de una parte de
ella de los cuales también hay recuerdos. Hay escrito(s) específico(s) que sólo
menciona(n) la fecha al principio, ya que se trata(n) sólo de una fecha. Otra manera de cómo se pueden presentar estas
características de presencia clara en un tiempo dado sin caer estrictamente en
esa regla anteriormente mencionada sería, puede ser, señalando la edad de Ponky
para un momento dado de la ocurrencia del hecho en cuestión que sublimemente y
reverberando decimos que “forman parte de
su vida y los cuales se recuerdan”.
La biografía de Ponky. A mi querido
amigo, ese perrito blanco con manchas negras y habiendo quienes le atribuían la
apariencia de un dálmata en su mocedad o en los primeros días de su existencia
en esta casa, le dediqué, si esa es la palabra correcta, pues bien debe ser esa
la palabra, una biografía, digamos “mucho antes” de escribir estas líneas
actuales y que de hecho ha formado parte de mi esfuerzo por recordarlo a través
del escrito, por medio del grafito
indeleble, sutil compuesto de uso muy común y que para aquel momento yo usé
(fueron tres veces que usé, una cuarta de manera ordenada) para describir a
este gran amigo y para “impedir” que
a través de la formación de hechos inverosímiles alrededor de hechos
verosímiles o bien de hechos legendarios rodeando los que son hechos reales,
válida la exageración, y que contribuyan de hecho a deformar los verdaderos
hechos que de él se recordaron y se asentaron o apuntaron (hecho por mi
persona), hechos que, asentados de manera escrita –ya lo había dicho anteriormente, yo diría que
casi al principio– resumen su vida, que se puede decir que en su totalidad, compartió
con la “nuestra”.
A continuación se detallan tres
documentos:
Narración de un día de Ponky.
Contenido en un cuaderno no identificado**.
Narración del 05.09.2008. Contenido
en un cuaderno no identificado**.
Biografía de Ponky. Contenido en un
cuaderno no identificado**.
Presentación de los documentos. A
continuación se transcribirá el texto fundamental de los mismos. Los documentos
se presentarán de forma eminentemente cronológica, según fueron escritos:
Biografía de Ponky
Ponky nació en enero de 1999, probablemente
el 21 de ese mes. Cuando fué traído a la casa, al mes siguiente, Yuraima, que
era la dueña de la casa donde nació Ponky, y además era quien cuidaba a la mamá
de Ponky, había comentado a Omaira que le había dado de comer salsita de pollo
al perro ese día. Él fue llevado en una maceta al porche, donde permaneció un
rato. Al principio chillaba, o lloraba, mucho, esto se podía deber a la falta
de su mama. Hubo una vez en la que Ponky se perdió y fué encontrado en el fondo
chillando, pues él quería encontrar el camino a la casa. Ponky era de carácter
juguetón siendo pequeño y en una ocasión correteaba con Andrés, y bien él decía
que Ponky le mordía porque él le ganaba corriendo. Desde antes de cumplir el
primer año Ponky ya se había vuelto “esteril” a los extraños, es decir, ya se había puesto “bravo”. En el
año 2000, cuando tenía un año, Ponky mordió en varias ocasiones a Fañito (una
de ellas en noviembre de ese año). Allí fué, probablemente, cuando algunos empezaban
a decir: <<Ponky tiene rabia>>. Fundamentaban esto, también, en que
Ponky en ocasiones emitía una salivación muy espesa, ya que esa es la
característica universalmente conocida de la rabia. En ocasiones posteriores
los ataques de Ponky a la familia seguirían. Hubo veces, en las que Omaira sacaba
a Ponky, y lo caminaba por el monte, que él, por ese lugar, conseguía huesos de
ganado de desconocida procedencia, a los cuales Omaira les decía “podríos” pues
así era como estaban. Durante los días en que Elisnarth era traída a la casa
(cuando Anelis y Elida iban a trabajar) hubo veces en la que Ponky le ladraba y
veces en las que la trataba “como un miembro más de la familia”, pero hubo otra
niña (llamada algo así como Yoangely) a la que también traían y a la que Ponky
siempre ladraba. Cuando se oían triquitraquis, y pirotécnicos en general,
alrededor de cada época decembrina, Ponky se asustaba mucho , y hubo una
ocasión en la que Omaira se quejaba porque Ponky ya llevaba mucho tiempo oyendo
eso y aún no se acostumbraba. Ponky se asustaba de igual manera casi siempre
que venían a cortar monte. En el 2003, Ponky mató uno de los pajaritos que
Andrés se había encontrado. En el 2005, cuando Bartolo venía a terminar el
paredón izquierdo de la casa (izquierdo viendo hacia adelante), Ponky ladraba
bastante. En 2007 otro perro –al que se llamaría Mickey – fué traído a la casa.
Ponky, al principio, no le prestaba atención, pero después hubo veces en las
que había que mantenerlos “alejados”. El 05 de septiembre de 2008, Ponky se
soltó, su cadena se rompía, lo que no era inesperado, ya que Omaira venía
temiendo eso desde días antes. Ponky pasaría sus últimos días “por un lado de
la casa”, pero perfectamente resguardado.
Narración del 05.09.2008
Este día, Omaira enfatizaba en que a
Ponky se le estaba rompiendo el alambre de la cadena. Había decidido bañarlo y
estaba “esperando lo peor” (pues, de romperse los alambres de la cadena de
Ponky y, por consiguiente “soltarse” él, se podían haber esperado consecuencias
preocupantes, ya que el perro hubiese podido morder a alguien (interna o
externamente). Omaira no llegó a bañar al perro, ya que, pensando en una manera
de solventar el problema, había dejado pasar el tiempo y le había dicho a
Andrés: <<quédate aquí viendo al perro para que no se suelte>>,
mientras ella iba al porche, donde se encontraban Laura y Fañito. Mientras ella
estaba allá, el perro se soltó, y se fué por el lado derecho de la casa (lado
derecho, viendo hacia adelante). Andrés fué a avisarle esto a Omaira, quien en
ese momento iba a ver como estaba Ponky, y cuando vio a Andrés (de quien ya se
dijo que Omaira lo había dejado viendo al perro para que no se soltara) le
preguntó, en tono alto: <<¿qué haces que no estás cuidando al perro?>>
, y Andrés, señalando el lado izquierdo de
la casa, le dijo: <<se soltó y se fué por allí>>; luego Omaira
pareció exclamar: <<Ay>>. Ponky había corrido y se asomó por una de
las ventanas del porche y Laura, cuando lo vió, dijo <<Ponky, ¿ya eres
libre...?>> luego, Omaira puso una reja que formaba parte de una ventana de la casa para evitar que el perro se
“escapara”. En realidad tuvo que poner 2 para tapar todo ese “lado”. Omaira,
viendo que a esa hora (algo así como mediodía), no había nada de sombra allí
donde estaba Ponky, dijo: <<pero el sol lo va a matar>> –aparentemente
añadido esto a algo que ya había hecho antes. Entonces Andrés, por decir
instintivamente, puso un cartón ahí por donde una de las rejas puestas por
Omaira se unía con la pared de la casa, para hacerle sombra a Ponky,
porsupuesto, aunque el cartón se caía. Omaira después puso un palo sobre la
reja antes mencionada y que también se sostenía sobre otra reja: la del
lavandero. Siendo así, pudo colocar unas láminas de zinc y unos pedazos de
cartón sin que se cayeran. Luego, en
la noche, Omaira decidió acomodar la “cerca” que le había puesto a Ponky
colocándole otra reja (una que estaba colocada del otro “lado” de la casa). Y
para eso dijo a Andrés: <<Andrés, búscame la reja que está ahí, por el
otro lado>>. Andrés la fué a buscar, pero se dió cuenta de que no la podía llevar porque,
además de que dedujo de que era muy pesada, tenía una cabilla “atravesada”, así
que fué a decirle a Omaira: <<a esa reja le metieron una cabilla>>.
Omaira fue a ver y cuando comprobó lo que le había dicho Andrés, Dijo: <<¿quien
habrá sido el loco que le puso esa cabilla a la reja?>>. Al final, le
quitó la cabilla a la ventana y la puso donde estaba la “cerca” formada por las
dos rejas para mejorarla. Así Ponky iniciaba una “vida al aire libre” aunque no
precisamente eso, porque, como ya se dijo, se le colocaron unos pedazos de
cartón que lo protegían del sol, un “techo”.
Narración de un día de Ponky
El día 05.03.2008, saqué a Ponky de
un lado de la casa hacia la parte delantera de la misma, y ese día ladró a
gente que pasaba por allí.
Yo veía un partido de fútbol por la
televisión y se había ido la imagen.
El día 18.11.2006 me había venido
por un lado de la casa, ya que la puerta delantera estaba cerrada. Ponky se
asomó por la ventana a ver y yo me fuí a acostar.
Yo había venido de una práctica de
IPM (Instrucción Pre-Militar) en el liceo Rodó.
A continuación se detallan otros
aspectos que bien pudieron haberse incluido en una versión más actualizada de
la biografía de Ponky.
PARA EL AÑO 1999: Omaira decía en
varias casas que él era hijo del perro de Omar Soto.
PARA EL AÑO 1999: Laura estaba con
él en el porche y creo que también estábamos yo y uno de los “abuelos Narváez”
y ella le preguntaba a Lala un conjunto de cosas sobre los perritos para ver si
lo que le respondía lo sabía o lo ignoraba.
PARA EL AÑO 1999: King, un perro que
hacía “vida en común” en esta calle, sentía celos de él.
Poesía
dedicada a Ponky (20 líneas)
Fuiste un
perro muy lindo
en carácter
y en apariencia
por una
parte manchado y blanquito
y por la
otra mucha decencia.
La vida nos
dió ese don
de tenerte
a nuestro lado
Hoy te
recordamos con amor
aunque de
tu muerte tiempo ha pasado.
Siempre
alegre y con vigor
con esas
líneas te describo
nos
brindaste una ilusión
más
duradera que el trigo
Y un buen
día de tu vida,
una vida
que prosperó
abriste tu
corazón para recibir un amigo,
Mickey se
llamaba el perrito.
Por siempre
te recordaremos
hermosísimo
y eterno amigo.
Difícil encontrar
un consuelo
difícil
encontrar un abrigo.
Más información de Ponky: al cumplirse
4 años de su muerte (2012), aparte de un homenaje que le hice en videos:
Hay un artículo en www.hazblog.com.
*Se refiere a 5 personas más.
** Cuadernos difíciles de describir
por sus características resaltantes o principales.
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