A continuación,
presento una publicación con información sobre las diversas pautas de un tema
que consideramos muy importante el día de hoy, como lo es el de la conservación
ambiental.
La misma tiene su
esencia en que el recurso medioambiental (o conjunto de recursos
medioambientales) se está(n) acabando, y esto se debe a que la variable
medioambiental ha sido víctima de abusos por cuanto a la especie humana, y
mencionando nuevamente lo anteriormente expuesto, que se refiere a que la
cantidad está siendo afectada, también podemos agregar que su calidad está
siendo afectada.
Fundamento de su
proyección social
Esto se refiere o
conduce a pensar que la preservación del ambiente no solamente es tendente a la
preservación de espacios naturales sino de hecho también a la preservación del
propio ser humano cuya existencia, nos atreveríamos a decir, también podría
verse en peligro, ya que el hombre también constituye pequeños o extensos pero
siempre artificiales ambientes y dentro de ese entorno pueden existir
componentes no culturales ni propiamente humanos, llámense por ejemplo animales
domésticos o plantas ornamentales.
El sentido recto que
debe tener el estado debe estar orientado hasta este punto, y así lo señala,
por ejemplo, nuestra carta magna en sus artículos 127, 128, 129, y 156-23. Así
podemos definir la defensa y conservación del ambiente como una labor
verdaderamente esencial para el estado, pero que quizás falla desde la tutela
constitucional al señalar, por ejemplo, que es para las “nuevas generaciones”
sin pensar en el verdadero presente de factores bióticos (distintos a la
especie humana) y abióticos, una vez que el ambiente se “ponga al servicio del hombre”.
Actores y metodologías
A través de las diversas
metodologías que encajan, involucran y se fundamentan en un plan de acción
ambiental y por otra parte competen a diversos actores (que clasificaríamos en
comunidades, investigadores, funcionarios públicos y el estado en general) este
último administrador en alguna instancia de elementos jurídicos
correspondientes.
Es describiendo a la
sociedad como un ente verdaderamente diligente que se puede saber que un
elemento planificador tendría verdadero éxito (esto adelantándonos a las
prospectivas) y queriendo hacer comprender que lo mismo se refiere a que se
quiere que tenga o que logre que exista ese equilibrio medioambiental
primeramente referido como conservación ambiental.
Inculcar el
dinamismo. Lo que hay que acotar, siguiendo con el punto de las metodologías, es
que las mismas tienen que tener inyectadas desde el momento mismo de su
“diseño” un verdadero dinamismo que no obedezca necesariamente a la
satisfacción inmediata de los objetivos sino en todo caso a la impositiva
diligencia que impida grandes retrasos que comprometan aún más al ambiente (decimos
aún más por las situaciones actuales, señalado esto al comienzo).
Definición precisa de
los actores. Los actores que intervendrán en la consecución de un plan
ambiental particularmente relacionado con la gestión ambiental son:
La organización
institucional: El presidente o presidenta de la República en consejo de
ministros, ya que en el artículo 13 de la Ley Orgánica del ambiente se
establece que ésta es la autoridad máxima ambiental. Asimismo, en el artículo
18 de la misma ley se establece que la autoridad ambiental es el ministro o
ministra que tenga competencia en dicha materia. Esto es darle un tinte gestor
al proyecto.
Aquellos casos
particulares: empresas planificadoras, de las cuales se contratan sus
servicios.
Comunidades
organizadas: personas específicamente beneficiarias de ciertos proyectos que comprometan
el ambiente y estén avocadas a la gestión ambiental (con presencia de algún
dinamismo social preestablecido) o en todo caso un desarrollo sostenible, así
como cualquiera no poseyente de algún rango específico y que estarían prestas a
brindarle colaboración a los actores mencionados anteriormente.
La construcción de una metodología también debe regirse por:
La realización de un
diagnóstico: este por supuesto es un primer paso para conocer realidades y de
hecho cualquiera a quien se le encargara la responsabilidad de elaborarlo
pensara así porque sería, en caso contrario a la no existencia de éste, yéndonos a comparaciones comunes, como querer
hacer una “arepa sin maíz” o una “camisa sin tela” a menos que el autor tenga
suficiente conocimiento “previo” o verdaderamente observables a simple vista
(dentro de la comunidad) de lo que son los problemas (problemas ambientales).
Lo anterior puede ser
posible si:
Él o ella (quien
elabora la encuesta) tenga su lugar de residencia en la comunidad.
Sea un verdadero
beneficiario o beneficiario propiamente dicho, componente de ese proceso
dinámico de acción no necesariamente con premura del que hablamos.
La posesión de
recursos económicos necesarios. Esto se refiere que para pensar en la puesta en
marcha dicho plan de acción debemos tener en cuenta anticipadamente el recurso
financiero y es que los hechos que se describirán pueden resultar un tanto
osados, pero esto, esto volviendo a lo que dijimos de que cualquier situación
de desgaste del ambiente puede requerir la intervención extraordinaria por
parte de elementos particulares o de organismos estadales.
Lo anterior también
se refiere a regular la existencia de métodos específicos innecesarios que
puedan originar efectos secundarios que constituirían elementos eminentemente causantes
de alteraciones tan graves como aquellas que se tratan de impedir, revertir o
mitigar.
La posesión de otros
recursos (los humanos): podemos sintetizar esto o más bien recurrir a la
participación comunitaria e institucional: esta vez no se trata de hacer ver la
misma como un inventario de elementos sino como un verdadero componente de la
algoritmia o resolución de procesos o simples procesos mitigantes, como se
quiera ver.
El inventario
también pasa por la depuración. Aquellas personas de las cuales se “sospeche”
que tienen un interés por una parte monetario (derivado esto de los recursos
monetarios ya descritos) y por otro
personal, se deberán apartar e inclusive sancionar si considera una falta grave
la autoridad ambiental competente o (en el proceso amplio de gestión) por
introducción de quejas numerosas de la parte verdaderamente interesada.
Pasando al punto
verdaderamente explicativo, podemos dar un conjunto de pasos que en efecto se
consideren una secuencia (como se acaba de decir, un algoritmo o algoritmia)
que no necesariamente lleve a la resolución de un problema sino a conseguir
condiciones verdaderamente más favorables.
Diagnosticar el
ambiente de manera preferentemente cuantitativa.
Llamar a actores
locales si eso no se hizo en el paso anterior.
En caso de algo no
conexo, buscar asesoría de organismos ambientales y en su defecto de sus
personalidades específicas (ministro/a del ambiente por excelencia).
Como ya se mencionó,
depurar o corregir defectos intencionales de los colaboradores.
Aplicar los procesos
de mitigación y correctivos dentro de enunciados particulares.
Interpretación de
las metas alcanzadas por la ejecución del plan de acción relacionado con el
plan de acción.
Por si no se había
dicho antes, la misma se interpretará como la resarción por parte de la especie
humana en general de algún daño al ambiente al que ha contribuido y por otra
parte a mantener en buenas condiciones
el ambiente artificial que construyó (a esto se refiere el término artificial,
a algo creado por el hombre) y que, como en el caso del ambiente natural,
quizás lo daña con las menores de las intencionalidades.
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